El CIBER-ISCIII presenta los resultados de la primera fase del estudio sobre COVID persistente, con el Parque Sanitario San Juan de Dios y AQuAs como colíderes del proyecto

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La investigación, realizada por el Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), está coliderada por el Parque Sanitario San Juan de Dios y AQuAs, por encargo del Ministerio de Sanidad en coordinación con el Ministerio de Ciencia e Innovación.

El estudio tiene como objetivo obtener claves científicas para afrontar la COVID persistente, y se desarrolla en varias fases con el fin de recopilar información sobre el diagnóstico, posibles predictors, carga de la enfermedad y opciones terapéuticas.

Los resultados preliminares, correspondientes a la primera fase de este estudio, presentan una definición operativa de COVID persistente en términos biológicos, diagnósticos y clínicos.

Después de varios meses de estudio, ya se han hecho públicos los resultados del estudio CIBERPOSTCOVID, que corresponden a la primera fase. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, los presentó el miércoles durante la reunión plenaria del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, junto con el director del Instituto de Salud Carlos III, Cristóbal Belda.

La investigación, que coordina el CIBER-ISCIII y que está coliderada por el Parque Sanitario San Juan de Dios y la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de Cataluña (AQuAS), tiene como objetivo general obtener claves científicas para afrontar la COVID persistente.

El estudio se desarrolla en varias fases: la primera trata la definición, y las siguientes aportarán información sobre el proceso diagnóstico, la prevalencia, los posibles predictors clínicos y biológicos y la carga de la enfermedad. La motivación del estudio es reunir más conocimiento científico y paliar la falta de consenso generalizado en torno a los síntomas persistentes que a veces quedan después de superar la infección aguda.

Para hacerlo se ha contado con una representación de expertos científicos y personas afectadas; investigadores de las áreas temáticas de CIBER y otras redes de búsqueda estatal; y profesionales sanitarios de diferentes comunidades autónomas vinculadas a la práctica y a la gestión clínica.

Desde el Parque Sanitario San Juan de Dios la participación viene de la mano de l Dra. Antoni Serrano, adjunto a la dirección de la Red de Salud Mental e investigador del CIBER de Epidemiología y Salud Pública, quien colidera este estudio conjuntamente con dos investigadoras de l ’Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de Cataluña (AQuAs) : Vicky Serra, socióloga, investigadora del CIBERESP y Dra. (PhD), y Mireia Espallargues,  directora científica y de calidad, coordinadora del Área de Inteligencia Analítica, médico, MD y PhD.

Definición consensuada, síntomas frecuentes y factores de estudio

Las primeras conclusiones apuntan a un consenso en el uso de la terminología COVID persistente, así como de sus elementos clave, en términos biológicos, diagnósticos y clínicos.

La definición consensuada de COVID persistente es: “conjunto de síntomas multiorgánicos no atribuibles a otros causas que perduran después de la fase aguda de la infección”. Esta definición se acompaña al estudio de otras conclusiones sobre los síntomas más frecuentes, su curso y evolución, la duració y gravedad, los aspectos necesarios para al diagnóstico, las prioridades en investigación y el estudio del impacto en la calidad de vida de las personas.

Las manifestaciones y síntomas más frecuentes son:

Sistémicos: fatiga, falta de energía o debilidad, malestar general y fiebre.
Neurocognitivos: pérdida de memoria, dificultad de concentración, niebla mental o confusión.
Respiratorios/cardiopulmonares: tos, mal de cuello, disnea, presión al pecho.
Musculoesqueléticos: dolor articular o muscular, limitación en la movilidad.
Neurológicos/neuromusculares: distorsión del olfato o gusto, cefalea, falta de reflejos.
Psicológicos/psiquiátricos: ansiedad, depresión o alteraciones de la son.

En este contexto, el Dr. Antoni Serrano, adjunto a la Dirección de Salud Mental de la Red de Salud Mental del Parque Sanitario San Juan de Dios e investigador del CIBERESP, apunta que “ha habido un acuerdo sobre la necesidad de tener en cuenta el impacto que la COVID persistente puede tener sobre la vida de las personas atendidas, puesto que puede afectar su funcionamiento en la vida diaria, laboral y a su participación social”. Además, añade que “cabe destacar que la COVID persistente limita el retorno al estado de salud habitual previo a la infección, en especial en los casos de mayor afectación funcional”.

En este sentido, los investigadores han concluido varios factores necesarios para medir el impacto de la COVID persistente a la calidad de vida :

• Relación con la salud global
• Función física
• Estado psicológico
• Actividad diaria
• Relaciones sociales y familiares
• Rendimiento y bajas laborales.

Una vez se consoliden estos resultados de la primera fase del estudio y se establezca la definición consensuada de COVID persistente, se continuará avanzando en la investigación con el fin de seguir aportando nuevos conocimientos para abordar el diagnóstico, el tratamiento y el manejo de la enfermedad.

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