25 de julio, Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos

 a Día Mundial, SJD Hospital de Sant Boi

Los ahogamientos son una de las primeras diez causas de muerte en niños y adolescentes, siendo la primera niñez la edad de más riesgo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

La supervisión constante de un adulto es clave para evitar accidentes dentro del agua, junto con un sistema de flotación adecuada y un correcto cerrado de la piscina.

Cada 25 de julio se conmemora el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos. Desde el Parque Sanitario San Juan de Dios nos sumamos a la difusión de este día, con el foco puesto en la prevención de los ahogamientos infantiles, para crear conciencia en la ciudadanía sobre el trágico impacto de los ahogamientos en familias y comunidades, así como ofrecer herramientas para prevenir estos accidentes.

El ahogamiento se define como el proceso de sufrir dificultades respiratorias por sumersión o inmersión en un líquido. Puede tener como consecuencia la muerte, morbilidad y no morbilidad. Según la Organización Mundial de la Salud, los ahogamientos figuran entre las primeras diez causas de muerte por accidente. La primera niñez (entre un y cuatro años) es la edad considerada de más riesgo.

En Cataluña, según datos de Protección Civil, todos los años se producen hasta una veintena de ahogamientos graves no mortales y la mitad son en menores de edad. La mayoría de ahogamientos de menores de ocho años ocorren en piscinas, ya sean particulares o comunitarias, y no tanto al mar.

Supervisión constante y sistema de flotación adecuada

En el momento del baño, los niños siempre tienen que estar supervisados por un adulto. A partir del primer año de vida los niños empiezan a tener mayor autonomía, pero esta es variable y depende siempre de la supervisión de un adulto. Según el Dr. Fernando Panzino, ningún de Pediatría del SJD Hospital de Sant Boi , “estar presente a la piscina no significa estar supervisando. La mayoría de padres encuestados reconocieron estar distraídos por alguna razón (escuchando música, mirando el móvil, habiéndose separado del niño un momento, etc.) cuando tuvo lugar el ”accidente”. Los datos están extraídas del estudio ‘Ahogamientos por inmersión no intencional. Análisis de las circunstancias y perfil epidemiológico de las víctimas atendidas a 21 servicios de urgencias españolas’, de los autores F. Panzino, J.M. Quintillá, C. Luaces y J. Pozo.

Encontrarse cerca del niño no siempre equivale a estarlo supervisando. Aparte de la proximidad es imprescindible mirarlo constantemente, tal y como lo hacen los vigilantes de las piscinas municipales. Desde la Asociación Nacional de Seguridad Infantil recomiendan seguir la regla 10/20, que consiste al mirar la piscina cada 10 segundos y comprobar que podemos llegar hasta el menor en 20 segundos.

A pesar de estar bajo supervisión, los menores de edad que no saben nadar siempre tienen que llevar un sistema de flotación. Desde la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) indican que el más adecuado es l ’chaleco de flotación, con la talla que corresponda al peso del niño. Se trata del único sistema de flotación que asegura la postura y que, por tanto, mantendrá siempre al menor en posición vertical, con las vías aéreas fuera del agua. Aunque haber recibido clases de natación se asocia a un riesgo menor en niños entre un y cuatro años, este hecho no tiene que reemplazar la vigilancia, el cerrado de piscinas y el uso de sistemas de flotación.

El cerrado de la piscina, una de las mejores opciones de prevención de ahogamientos

No sólo en verano o en los momentos de baño, en el caso de los ahogamientos la prevención siempre es el mejor tratamiento. Por este motivo, el cerrado de las piscinas es fundamental para prevenir accidentes. Las valla que se instalen en torno a la piscina tienen que seguir ciertos requisitos de seguridad: cubrir los cuatro lados, contar con barrotes lisos, con una altura mínima de 1,22cm y una separación entre barrotes no superiores a 10cm, para evitar que los más pequeños puedan pasar en medio, y la separación con el suelo tiene que ser de máximo 10cm. Según datos de la Asociación Española de Pediatría, junto con el Ministerio de Sanidad, delimitar la piscina con una valla puede reducir en un 95% las muertes por ahogamiento en menores de cinco años.

Además de delimitar la piscina, la puerta que dé acceso tiene que disponer de un sistema de seguridad para evitar ser abierta con facilidad. Cubrir las piscinas, aunque pueda parecer una medida de prevención, puede inducir al ahogamiento si el menor cae y se queda atrapado a bajo.

Cómo actuar en caso de accidente

Si a pesar de la prevención se produce un accidente, hace falta seguir los siguientes pasos:

  1. Comprobar que nos encontramos en un entorno seguro y que nuestra intervención no pondrá nuestra vida en peligro.
  2. Extraer la víctima del agua.
  3. Colocar a la víctima en una superficie planicie.
  4. Pedir ayuda y comprobar el estado de conciencia de la persona afectada.
  5. Si se sabe hacer la técnica de reanimación cardiopulmonar (RCP) adecuadamente, empezarla de inmediato puede ayudar a salvar vidas.
  6. Activar avisos de emergencia.

“Cuando se produce un ahogamiento el importante es llamar al 061 y activar un servicio de ”emergencias”, explica el Dr. Panzino. En el caso del SJD Hospital de Sant Boi, la prevalencia que tienen los ahogamientos es baja.

En Cataluña, la temporada de verano 2021 se saldó con ocho ahogamientos mortales en piscinas y doce no mortales pero graves. De entre estos últimos, casi la mitad fueron niños menores de ocho años. La prevención es clave frente estos incidentes.

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