La pandemia ha provocado un empeoramiento de la salud de las personas con problemas crónicos
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Juan Vicente Luciano y Albert Feliu, investigadores del Parque Sanitario San Juan de Dios, han participado en un estudio que analiza los factores que pueden influir negativamente en las personas con dolor
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La búsqueda, coordinada por la UOC, aprecio que el 70% de las personas con dolor crónico han visto agravada su intensidad
La pandemia actual ha empeorado la salud de las personas que sufren dolor crónico.
Un estudio llevado a cabo por el ehealth Lab, el grupo de búsqueda de los Estudios de Ciencias de la Salud y de l ’eHealth Center de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), con la participación de los investigadores del Parque Sanitario San Juan de Dios y del Instituto de Búsqueda San Juan de Dios, Albert Feliu y Juan Vicente Luciano, ha revelado que un 70% de las personas con dolor crónico han visto empeorar la intensidad de su dolor, la frecuencia de los episodios y la interferencia del dolor en las actividades de su vida diaria.
En este estudio, han participado 502 pacientes, un 88% de los que eran mujeres de entre 30 y 59 años, con dolor crónico de larga duració (una mediana de siete años). La mayoría de los participantes (87,6 %) tenía dolor en más de un punto, siendo el abdomen, las lumbares y el cuello las localizaciones más frecuentes. Los participantes han contestado encuestas en línea, diseñadas según la metodología IMMPACT (Initiative donde Methods, Measurement, and Pain Assessment in Clinical Triales ) y se ha utilizado el CPGQ (Chronic Pain Grade Questionnaire) para comparar los cambios en el dolor percibido por los pacientes a partir del inicio del confinamiento.
La pandemia empeora el dolor
Los resultados muestran que la inseguridad laboral, las preocupaciones respecto al futuro, el número de personas cohabitando al mismo hogar, el hecho de tener alguien próximo que ha muerto por COVID-19 o el miedo de infectarse pueden estar relacionados con un empeoramiento del dolor.
El estudio también muestra que la pandemia ha propiciado nuevos desencadenantes del dolor. Si antes el estrés y los cambios de tiempo eran los más frecuentes, durante el confinamiento un número elevado de participantes han citado la preocupación por el futuro, los problemas de son, la inseguridad, los pensamientos negativos, la tristeza, la soledad, el sedentarismo y el miedo de contagiarse como desencadenantes.
Nuevas maneras de afrontar el dolor
La pandemia ha cambiado también la forma en que una parte importante de los pacientes gestionan su dolor. Más de la mitad (54,5%) han modificado como hacen frente.
“El estudio ha mostrado que, desde el inicio del estado de alarma, más de la mitad de los pacientes ha utilizado el descanso para afrontar el dolor, y un porcentaje similar ha aumentado el consumo de medicación. Ambas cosas podrían ser contraproducentes”, explica Rubén Nieto, primero autor del artículo, profesor e investigador del grupo eHealth Lab de la UOC.
Con todo, la pandemia también ha incorporado una nueva manera de combatir el dolor que es positiva : el 48,2% han incluido los estiramientos como nueva herramienta para deshacerse del dolor.
Las TIC, una oportunidad de futuro
“Cuando hay un problema de dolor crónico, es importante que las personas puedan aprender a vivir con este dolor, y que se puedan centrar a conseguir sus objetivos vitales, tengan dolor o no. Eliminar del todo el dolor es difícil, pero aprender a afrontarlo y a vivir es posible. Pueden ser útiles las intervenciones biopsicosociales, en que se trata el dolor de manera global”, explica Rubén Nieto.
Desgraciadamente, la mayoría de personas no tienen acceso a estas intervenciones, puesto que hay pocos centros que ofrezcan tratamientos desde esta perspectiva, y los profesionales de la salud reciben poca formación específica en gestión del dolor. Pero las TIC se perfilan como una herramienta útil para acercar este tipo de tratamiento a los pacientes con dolor crónico.
Las TIC representan una oportunidad para luchar contra el dolor y mejorar el bienestar, dado que pueden facilitar el acceso a intervenciones basadas en la evidencia con un coste asequible. Y pueden aumentar l ’autonomía y empoderar la persona. El uso de las TIC en la salud presentan posibilidades infinitas, desde la clásica teleconsulta, hasta soluciones basadas en inteligencia artificial, pero antes es imprescindible planificar y probarlas.
El equipo de búsqueda ha publicado el estudio a la revista científica Journal of Clinical Medicine.